“De chiquito, yo también pensaba que Relaciones Públicas era invitar gente a un antro”. Con esa frase creo que mi jefe resume lo que, a mi parecer, es la concepción que generalmente se tiene sobre este trabajo. La creencia popular sobre PR (por sus siglas en inglés, Public Relations) es la de “popularizar” un lugar o a una persona dejando de lado la relevancia en sí que se puede llegar a tener; es decir, se subestima el potencial real tanto del cliente como del rol que esta actividad ejerce.
Es bastante común encontrar anuncios en el Centro Histórico de la Ciudad de México, así como en redes sociales, de “Se solicita PR”, sin embargo, lo que en realidad buscan es una persona que simplemente atraiga a más personas a un lugar nuevo, o remodelado, para convertirlos en clientes potenciales, cosa que puede ser un objetivo único, sin embargo dista mucho de lo que se puede lograr con esta actividad.
A lo largo de los últimos ocho meses, durante mi estadía como ejecutivo de cuenta en la Agencia de Relaciones Públicas Aldebarán Comunicación, he aprendido parte del potencial que tiene esta actividad y, más aún, he adquirido una serie de experiencias que en mis anteriores trabajos hubieran sido de mucha utilidad, pero que no se tenía claro el cómo debían desarrollarse y ni siquiera se tenía la consciencia de que era parte del trabajo de PR.
Al llegar a Aldebarán, además de darme cuenta de lo que significaba trabajar en el sector privado, me topé con que muchas de las actividades que había estado intentando realizar en mis anteriores empleos tenían mucho que ver con Relaciones Públicas pero nadie -y mucho menos yo- estaba consciente de ello. Inclusive, llegué a participar en planes de comunicación social sin tener una idea estructurada o siguiendo un esquema cronológico adecuado, lo que daba resultados poco favorables y no muy satisfactorios, en lo personal.
Hoy día, a unos cuantos meses de participar en diferentes proyectos y apoyando en diferentes cuentas dentro de la agencia, me he dado cuenta de que las Relaciones Públicas conllevan una serie de actividades encaminadas al posicionamiento de nuestros clientes en los diversos medios de comunicación, orientar que su imagen pública sea adecuada y redituable, además de generar una presencia pública a la que se tendrá acceso en el futuro y para diversas fuentes.
La variedad de tareas y el reto que representa idear un plan para lograr que nuestros clientes sean del interés para los diferentes medios de comunicación, así como para sus propios clientes potenciales, ha representado para mí un placer continuo que, como cada buen reto, a veces trae consigo cierta frustración o desatino, sin embargo, la satisfacción de nuestros clientes y el poder ver que tu trabajo tiene presencia y es visto por un sin número de personas, resulta bastante gratificante.
Aprender de diversos temas como Comunicación Oral y Escrita, Agenda Nacional, Community Manager, Organización, Periodismo, Diseño, Planeación, etc., me ha dado
herramientas para seguir desarrollándome en diferentes áreas de las Ciencias de la Comunicación -mi área de conocimiento- y, sobre todo, me ha permitido darme cuenta de lo mucho que ignoraba de esta misma.
En conclusión, puedo decir que en el poco tiempo que llevo desarrollándome en el mundo de las Relaciones Públicas, he podido entender todo el potencial que generalmente se desperdicia cuando se tiene un buen proyecto que, entre sus objetivos, busca posicionarse en medios o darse a conocer en la sociedad en general. No se trata simplemente de “vender un producto”, sino más bien es despertar el interés y hacer llegar inteligentemente el servicio / producto que ofrece nuestro cliente hasta la mente del consumidor.
Autor: Dan Urquiza
Ejecutivo de Cuenta en Aldebarán Comunicación
Fotografía por: Mike Myers